Pérdida de bosques nativos; un problema global

Las cifras sobre el retroceso de los ecosistemas nativos en todo el mundo, revelan el impacto de las actividades humanas en la naturaleza y la urgencia de adoptar políticas urgentes de conservación, en el contexto del cambio global y climático.

Son 10 millones de hectáreas de bosques que se pierden cada año en el mundo, según datos de la ONU. Para no dejarlo a la imaginación, eso es una proporción de terreno similar a toda Islandia.  

En Chile, el panorama es también desolador. En la Cordillera de la Costa, por ejemplo, entre las regiones de Valparaíso y Los Lagos, los bosques nativos constituían la principal cobertura del suelo, hasta 1986. Luego de tres décadas, estos ecosistemas naturales sólo representan el 15% del territorio. Los factores que inciden en estas cifras están ligadas al cambio de uso de suelo, por actividades agrícolas, forestales y mineras, entre otros.  

Temática bosque nativo, agenciagradual.com

El complejo panorama que se cierne sobre la naturaleza, queda de manifiesto cada año en conmemoraciones internacionales, pero que, al fin, son jornadas sin celebraciones, sin homenajes y con un nudo difícil de desatar para las futuras generaciones.

En ese contexto, varias entidades a nivel mundial, trabajan para ir al fondo de este problema. Una de ellas, es el Laboratorio de Ecología de Paisaje (LEP UdeC), de la Universidad de Concepción, que desde hace más de 10 años trabaja en la producción de conocimiento científico, conservación y restauración de ecosistemas boscosos.

Especies amenazadas

Las especies nativas amenazadas en Chile, son las grandes protagonistas de los estudios del LEP. La institución, aportó desde Chile a la evaluación mundial de especies arbóreas, que lideró el Botanic Gardens Conservation International (BGCI), cuyo informe del 2021 es concluyente; una de cada 3 especies de árboles en el mundo se enfrenta a la extinción.

En este sentido, Cristian Echeverría, doctor por la Universidad de Cambridge, Reino Unido, y director del LEP, destaca el aporte de las evaluaciones realizadas por investigadores y estudiantes. También, revela la importancia de una extensa base de datos, nutrida a través de años de investigaciones, que registra varios puntos con presencia de especies amenazadas, que fue crucial para actualizar la información acerca de los 147 árboles chilenos incluidos en el informe del BCGI. “Las especies más amenazadas se encuentran en la zona centro-sur del país, específicamente entre Maule y Biobío. Estos son los lugares que han estado sometidos a los mayores cambios de uso de suelo en los últimos 400 o 500 años, por actividades agrícolas y forestales”, explica.

Así mismo, de las 10 especies de Nothofagus presentes en Chile, tres se encuentran en peligro de extinción, de acuerdo con la evaluación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN; estos son el ruil, el hualo y el roble de Santiago, especifica Echeverría, en referencia a un género cuya antigüedad, supervivencia y disposición por todo el hemisferio sur, intriga a científicos de todo el mundo.

De la misma forma, Sara Oldfield, destacada investigadora británica, quien fuera directora de BGCI por más de 10 años, señala que, a nivel mundial, los bosques montanos tropicales, que se dan sobre los 1300 metros de altura, son los que presentan la mayor proporción de árboles amenazados. Por ello, expresa que es un deber colocar la conservación de los árboles en el centro de la política internacional de biodiversidad.

“De acuerdo al cambio climático, se tiene que otorgar un reconocimiento mucho más fuerte a los servicios económicos, culturales y ecológicos vitales que brindan las especies de árboles”, añade la especialista, en referencia a las conclusiones del estudio, que fueron fruto de cinco años de trabajo y que involucraron la recopilación de información sobre el estado de amenaza de 58.497 árboles en el mundo.

Restauración ecológica 

Las cifras antes expuestas lo demuestran; las acciones humanas tienen impactos evidentes en el medio ambiente. Las propias actividades económicas, si bien esenciales para el desarrollo humano, intervienen espacios naturales, los que por sí solos no se pueden recuperar.

En ese sentido, la restauración ecológica se alza como un tipo de solución basada en la propia naturaleza, que busca recuperar los atributos y características propias que hubiese tenido un ecosistema de no haber sido afectado o degradado por la actividad humana.

Desde el 2011, el LEP, ha promovido la restauración ecológica al interior del Parque Nacional Nonguén. La unidad, administrada por CONAF y que colinda con las comunas de Concepción, Chiguayante y Hualqui, fue afectada en el pasado por graves alteraciones, producto de incendios forestales, explotación e invasión por especies exóticas como aromo y pinos.

Labores de Restauración de bosque nativo Parque Nacional Nonguen

Así, la materialización del conocimiento científico en 18 hectáreas de proyectos de restauración, permiten hablar en la actualidad de recuperación del ecosistema. “La restauración ecológica en el Parque Nacional Nonguén ha resultado exitosa, en términos de la composición de especies, la estructura de la vegetación y las funciones ecosistémicas. Lo anterior, se ha podido evidenciar gracias al constante monitoreo y evaluación de los atributos claves desde que se inició el proyecto en el año 2011. Este monitoreo ha evolucionado desde el inicio, ya que a través del tiempo se ha podido incorporar nuevas tecnologías e instrumentos, que nos han permitido evaluar de mejor manera la trayectoria del ecosistema”, explica la Dra. Paula Gatica Saavedra, Bióloga, e investigadora posdoctoral de Foresta Nativa.

Así mismo, recalca que el desarrollo y éxito del proyecto, se ha dado gracias a la colaboración del sector público, privado y académico, constituyendo esto un ejemplo para futuros proyectos de restauración ecológica.  

Fuente: Laboratorio de Ecología de Paisaje, UdeC

Imágenes: agenciagradual.com