Geiser del Tatio
El escenario es de otro planeta. Suena cliché decirlo, pero es así. Desde la cámara se ven variados tonos, y dan ganas de hacer una y otra vez las imágenes, pero todo se hace corto; el encargado del tour, dice que debemos volver y hay que hacerle caso, porque no es gracia quedarse varado a más de 4 mil metros de altura y con varios grados bajo cero. Estamos en los Geisers del Tatio y en el Altiplano chileno, las condiciones geográficas son también de otro planeta.


El nombre de San Pedro de Atacama y los geiser son casi hermanos y reconocidos en todo el mundo. Por ello, no es de extrañar que cueste encontrar algún chileno.


Más de 100 mil turistas cada año, entre ellos muchos norteamericanos, europeos y sobre todo asiáticos, repletan los círculos de seguridad, por donde borbotea el agua procedente del interior de la tierra, a 86 grados aproximadamente. Los 80 geiser activos, dan cuenta de la frenética actividad al interior de este campo geotermal, a 4.200 metros de altura.


Los recorridos de los tour comienzan su descenso luego de los geiser, pasando por increíbles bofedales. Si tienes suerte, podrás ver flamencos, alpacas, llamas y todo tipo de animales adaptados a estas duras condiciones del altiplano, con temperaturas extremas en el día, y también en la noche al otro lado del termómetro.
También dan ganas de quedarse en Machuca, antiguo y pequeño poblado en medio de la cordillera. Uno se pregunta cómo puede ser que viva gente allá, en esas alturas, con esos ambientes, tan bellos como hostiles. Pero existen, y no sólo ahora, sino que desde hace cientos de años.

Y lo que voy a decir ahora es duro, pero una realidad; los tour no son para todos. Es cómodo, es fácil, porque te llevan, te traen y te guían, pero insisto,
no son para todos y si tú eres de los que va siempre con la cámara colgada al cuello, tienes que asumir que serás una incomodidad para el resto. Vas a querer 5 minutos más, te vas a demorar y te mirarán feo. Por eso, mejor anda por tu cuenta.